Con la Navidad a la vuelta de la esquina, llega también el frenesí de actos sociales, familiares y de ocio que tanto nos gustan y que sirven para romper con nuestra rutina. Aunque debemos seguir alerta para que “el bicho” no arruine estas bonitas fechas, también existen otras patologías que suelen aparecer cuando finalizan estas fiestas navideñas. Entre ellas se encuentra la lumbalgia navideña, y en este post vamos a descubrir de qué se trata y cómo prevenirla.
La lumbalgia navideña no es más que una variante de la conocida lumbalgia, que suele aparecer después de cortos periodos de tiempo en los que nuestra espalda se ve sometida a un exceso de trabajo.
¿Qué es la lumbalgia?
Recordemos que la lumbalgia, lumbago o dolor lumbosacro es el dolor localizado en la zona lumbar (parte baja) de la columna vertebral (columna lumbar) entre las últimas costillas y los glúteos.
Suele aparecer en cualquier persona, generalmente a partir de los 30 o 40 años y está producido por alteraciones en ligamentos, músculos, discos vertebrales y vértebras en esa zona, pudiendo extenderse o irradiarse desde la zona lumbar a las piernas o miembros inferiores.
Estas alteraciones pueden producirse por diferentes motivos: malas posturas, movimientos bruscos, cargas excesivas de peso o cambios de rutina.
La mayoría de estos factores suelen concentrarse en un momento del año muy especial: la Navidad. Y es que muchas personas confunden la lumbalgia que puede aparecer durante y, sobre todo, después de estas fechas con un simple y molesto dolor en la espalda baja producido por el ajetreo propio de las fiestas.
Razones por las que aparece la lumbalgia navideña
Cuando salimos de nuestras rutinas, nuestro organismo lo nota. La Navidad no es una excepción: excesivas horas cocinando, largas reuniones de pie, abuso de los tacones, pocas y deficientes horas de descanso, atracones de comida cada poco tiempo o una mayor exposición al frío invernal son algunas de las razones por las que podemos sufrir este malestar en estas fechas.
¿Cómo prevenirla?
Aunque ya nos habréis escuchado (o leído) alguna vez eso de que “la mejor prevención consiste en usar el sentido común”, a continuación os damos unas cuantas ideas para que la lumbalgia navideña no os arruine estas fiestas y que tampoco aparezca una vez finalicen.
- Vigilemos el tiempo que permanecemos de pie, sobre todo en esas reuniones de reencuentro o celebraciones en las que parece que el tiempo pasa volando aunque nuestros músculos y articulaciones no opinen lo mismo. Sobre todo, y si ya nos sentimos cansados y con ciertas molestias tras varias horas de celebraciones.
- Si sois los encargados/as de cocinar proteged vuestra columna de malos gestos y posturas que puedan derivar en una lumbalgia, sobre todo si tenéis que manejar o levantar grandes cantidades de comida. Una de las malas posturas más habituales es la inclinación anterior del tronco excesiva por cocinar sobre una superficie demasiado baja.Para solucionarlo, deberemos cocinar manteniendo siempre la columna vertebral recta y relajada para evitar forzarla. Y no olvidemos los descansos.
- Hablando de descanso, hacerlo deficientemente o poco es otra de las posibles razones que conducen a la lumbalgia, ya sea general o navideña. Nos da lo mismo.
La restricción en las horas de sueño debido a las celebraciones nocturnas, las pesadas digestiones o a las visitas a conocidos que nos obligan a pernoctar en camas ajenas pueden causar alteraciones en el control de nuestro sueño. Para prevenirlo os sugerimos que, lejos de limitar estos agradables momentos, aprovechéis los días que existen entre las fechas navideñas más marcadas en el calendario (nochebuena, navidad, nochevieja) para prestar especial atención a vuestros momentos de reposo y sosiego, los cuales fortalecerán vuestro sistema inmunitario y prevendrán molestias futuras.
- La Navidad es también es sinónimo de elegancia pero, especialmente en el caso de las mujeres, el excesivo uso de tacones provoca un constante y mal apoyo del pie y, por consiguiente, una sobrecarga de las vértebras lumbares y de la musculatura que las protege y moviliza. ¿Nuestro consejo? Si os encanta lucir tacones, no renunciéis a ellos pero, por lo menos, intentad disminuir su uso o prescindir de ellos en aquellos días donde no tengáis ningún evento o reunión navideña.
- Llega el momento de hablar de los atracones de comida… Y es que el aumento de peso también puede relacionarse con un incremento del dolor lumbar irradiado. Aparte,, podemos caer en malestares gastrointestinales e indigestiones, las cuales en algunos casos producen dolor reflejo en la espalda. Para ello el mejor consejo vuelve a ser tirar de sentido común, y aunque las fuentes de comida o dulces nos lo pongan difícil, intentaremos comer con moderación y también combinar las cenas y almuerzos pesados con otros más ligeros.
En resumen, hoy más que nunca, debemos disfrutar de esos momentos que la Navidad nos regala cada año. Pero si no queremos que una lumbalgia nos arruine las fiestas o los días/semanas posteriores, lo mejor es prevenir o, en el caso de que el dolor ya haya aparecido, acudir a nuestro centro para iniciar un sencillo y práctico tratamiento lo antes posible