Aunque ha tardado en llegar, el frío ya está aquí y a la mayoría nos ha pillado con el pie cambiado. En unas horas hemos pasado de la ropa veraniega a los abrigos y prendas de invierno. Nuestro cuerpo nota especialmente estos cambios de temperatura, los cuales en algunas personas suelen venir acompañados de dolores articulares en zonas como espalda, rodillas, brazos, etc. Por esta razón, hoy vamos a dar unos consejos para saber cómo podemos combatir el dolor articular en otoño.
Y es que la estación de las hojas secas, la recogida de setas y castañas es también la más delicada para personas con patologías articulares las cuales suelen experimentar un empeoramiento. Esto se debe al empeoramiento del clima, al aumento de la humedad, a la bajada de las temperaturas, más días de viento o las abundantes lluvias.
Por todo ello, a continuación te damos 5 consejos que te ayudarán a prevenir o reducir el dolor articular del otoño.
- Mantén el peso a raya. Recuerda que tus articulaciones son las encargadas de soportar nuestro sobrepeso y eso, irremediablemente, conllevará mayores posibilidades de padecer lesiones articulares. Así que ya sabes, la fórmula es sencilla pero 100% efectiva: a menor peso, menor presión sobre tus articulaciones
- Practica deportes o actividades suaves o de bajo impacto para tus articulaciones, pero que a la vez fortalezcan tus músculos. Por ejemplo, pasear, pilates, yoga, natación…
- Cuida tu alimentación, procura que ésta sea equilibrada e incluye en tu dieta alimentos con alto contenido antiinflamatorio (ajo, jengibre o cúrcuma), con efectos antioxidantes como el té verde y ricos en omega 3 como los pescados azules (atún, salmón, caballa…)
- Aleja de tu vida el tabaco y el alcohol ya que, aparte de ser altamente nocivos para el resto de nuestro organismo, no ayudan a mantener las articulaciones sanas.
- Y como no podía ser de otra forma, la fisioterapia también puede ayudarte. El fisioterapeuta aplicará determinadas técnicas que ayudarán a reducir los dolores articulares, pero también te ayudará a identificar los “malos hábitos”, prevenir aquellas situaciones nocivas para tus huesos en tu día a día laboral, familiar o mientras practicas deporte, y finalmente conseguir su corrección.