Cuando alguna de las fibras del músculo se contrae de manera involuntaria y permanente o duradera, hablamos de que la persona padece una contractura muscular. Ésta puede ocasionarse en el momento de realizar un esfuerzo y algunos de sus síntomas más habituales son dolor en el músculo o inflamación en la zona afectada.
Principales causas de la contractura muscular:
La contractura muscular es un acto de defensa del músculo ante situaciones que son estresantes para él, es decir, situaciones que dañan el músculo o le generan un sobreesfuerzo repentino.
Existen diversos motivos que pueden generar una contractura muscular:
- Realizar una postura incorrecta durante un periodo de tiempo prolongado. Esta es, sin duda, una de las causas más frecuentes.
- Hacer un ejercicio de manera forzada. Un ejemplo muy claro es cuando cogemos más peso del que podemos soportar, pero también podría ser realizar una actividad física inadecuada para nuestra edad.
- El estrés emocional. Principalmente debido a la tensión, angustia o ansiedad. Esta tensión emocional causa reacciones que afectan al sistema nervioso, generando rigidez y tensión muscular.
- Falta de hidratación. Las células musculares necesitan agua, glucosa, sodio, potasio y magnesio. Nuestro cuerpo, cuando no está debidamente hidratado tiene una falta de magnesio y potasio.
- Frío. Si hace frío y se está practicando deporte, es clave realizar antes un calentamiento correcto. De lo contrario, podemos provocar una sobrecarga muscular o su contracturación.
- Cualquier tipo de golpe de una intensidad moderada puede generar un traumatismo, y este a su vez derivar en una contractura muscular.
5 hábitos que evitarán que padezcamos contractura muscular
- Aplicar calor en la zona afectada. Cuando se aplica calor en la zona afectada, se pueden relajar los músculos. Se puede realizar mediante cojines eléctricos, pero también sirven las compresas calientes que actúan en 15 minutos. Esta terapia es muy efectiva para el dolor de las contracturas musculares.
- Realiza ejercicio regularmente. El deporte es, casi siempre, un gran aliado contra las contracturas musculares. Por esta razón te animamos a que incorpores el ejercicio a tu rutina diaria y las posibilidades de padecer una contractura muscular se reducirán. Eso sí, recuerda que debes hacerlo progresivamente, aumentando la intensidad del ejercicio poco a poco.
- Trabajar en el estiramiento de los músculos. Realizar un buen trabajo con nuestra flexibilidad optimizará la recuperación de los músculos tras el entrenamiento. Sobre este tema publicamos un interesante post hace unas semanas en el que os explicamos las diferencias entre estirar y calentar.
- Calentamiento. Realizar unos buenos ejercicios de calentamiento es una forma eficaz de prevenir la contractura muscular.
- Mantén una postura correcta en tu trabajo…y fuera de él. Hoy en día pasamos demasiadas horas delante de un ordenador o la televisión. Sentarse correctamente o mantener una buena postura cuando se está mucho tiempo en la misma posición es muy importante para no sufrir de contracturas. Igualmente, debes vigilar una buena postura al agacharte, al levantar peso, etc. Nuestra recomendación es que, si estás mucho tiempo en una misma posición, descanses cada hora, levántate, camina y muévete durante unos minutos.