Las tendinitis son de las patologías más habituales que tratamos en fisioterapia. Las de codo, cadera, rodilla, hombro son las más habituales. Se trata de una lesión bastante dolorosa que, hace ya unos años, era muy frecuente sobre todo en personas deportistas. Pero actualmente se ha generalizado y cualquier persona puede sufrir esta inflamación. Por esta razón hoy vamos a ver qué es la tendinitis y cuál es su mejor tratamiento.
¿Qué es la tendinitis?
Se denomina tendinitis a la inflamación, irritación o hinchazón de los tendones. Se trata de una lesión o patología que a menudo se vuelve crónica o reincidente y que, aunque a veces puede aparecer sin haber hecho ejercicio, en la mayoría de los casos es fruto de la práctica deportiva. Las tendinitis más frecuentes son las de codo, talón, hombro y muñeca.
En general, una tendinitis se produce cuando alguno de nuestros tendones está soportando una carga de trabajo muy alta, sobre todo cuando practicamos de manera reiterada un ejercicio durante un periodo de tiempo prolongado.
Por esta razón, y teniendo en cuenta que nuestros pies y piernas no dejan de trabajar casi nunca, una de las tendinitis más habitual es la que afecta directamente al tendón de Aquiles. Y sobre todo cuando hablamos de atletas, ya que continuamente se somete a presión en cada paso que dan cuando corren.
¿Por qué se provoca?
La causa habitual de la tendinitis es la sobrecarga o sobreesfuerzo del tendón y el músculo al que está asociado, a menudo debido a una práctica deportiva, actividad laboral o cualquier mal postura o movimiento repetitivo que los tensione.
Sin embargo, la tendinitis también puede darse por el envejecimiento o deterioro del tendón, por lo que puede aparecer con la edad o acompañando a otras patologías como la artritis reumatoide o la diabetes.
Principales síntomas
El principal síntoma de la tendinitis es el dolor localizado en la zona del tendón o la articulación que aumenta durante el ejercicio físico que lo provocó, pero también durante la noche. Junto al dolor aparece también una sensibilización de la zona, además de enrojecimiento o calor en la zona afectada.
Tratamiento de la tendinitis con magnetoterapia
En este post hablamos de qué es la tendinitis y cuál es su mejor tratamiento. Por ello, el tratamiento de la tendinitis se centra por un lado en reducir la inflamación del tendón y el dolor provocado por la lesión, por lo que la magnetoterapia, con su efecto analgésico y antiinflamatorio, puede jugar un papel fundamental.
Por otra parte, el tratamiento fisioterapéutico utiliza la terapia manual y el ejercicio para estirar y fortalecer el tendón y el músculo. La magnetoterapia supone también una ayuda en este aspecto ya que contribuye en la recuperación del tejido. La aplicación de frío y calor, el reposo, o incluso la inmovilización de la articulación, pueden ser recomendables según el caso.
Si hablamos de magnetoterapia, este tipo de tratamiento el cual llevamos a cabo en nuestra clínica de fisioterapia en Benalmádena, utiliza los efectos positivos de un campo magnético de baja frecuencia sobre el cuerpo humano, aplicando pulsos de frecuencia e intensidad ajustadas a las necesidades individuales del paciente.
La rehabilitación de la tendinitis (y otras muchas más patologías musculoesqueléticas) con el uso de este campo magnético de forma continua o pulsátil facilita los procesos regenerativos al acelerar el alivio de edemas, del dolor así como reducir el tiempo necesario para recuperarse de una lesión.
En resumen, la magnetoterapia es un tratamiento indoloro y cómodo que puede ser aplicado a través de la ropa, y que posee un demostrado efecto antiinflamatorio, analgésico, antiedematoso, regenerativo y osteogénico (aceleración de la consolidación ósea).Para la mayoría de los pacientes el tratamiento es imperceptible, aunque algunas personas sienten un calor suave en el lugar donde se aplica el campo magnético. Así que ya sabes. Ahora que conocemos qué es la tendinitis y cuál es su mejor tratamiento, si padeces alguno de sus tipos te animamos a que pases por nuestras instalaciones y evaluaremos la aplicación de magnetoterapia o de otras técnicas como la electrolisis percutánea (EPI) o el láser.
