Cada vez es más frecuente que los médicos deportivos y los traumatólogos prescriban a sus pacientes diferentes tratamientos mediante ondas de choque. Por esta razón, en el post de hoy vamos a ver qué son las ondas de choque y para qué se utilizan.
Podríamos decir que las ondas de choque suponen la terapia más avanzada para el tratamiento de patologías tendinosas o de tejidos blandos, calcificaciones, regeneración de tejidos e incluso retardos de consolidación de fracturas, sin necesidad de cirugía y con mínimas molestias para el paciente. Pero, ¿qué son exactamente las ondas de choque?
¿Qué es una onda de choque?
La onda de choque es un impulso sonoro que produce una serie de efectos biológicos capaces de revertir situaciones de afectación crónica (fibrosis) en tejidos blandos.
Dicho de otro modo, son ondas que transportan una gran cantidad de energía acústica a una alta presión, la cual tiene efectos mecánicos y biológicos. Aplicadas correctamente, las ondas de choque tienen un efecto terapéutico ya que, por ejemplo, provocan la regeneración de los tejidos enfermos o lesionados.
Tipos de ondas de choque
Dentro del campo de la fisioterapia tenemos a nuestra disposición dos tipos de ondas de choque en función de la lesión a tratar: focales o radiales
1. Ondas de choque radiales.
Son aquellas emitidas por un percutor que produce una onda sonora de transmisión mecánica, la cual se debe trasladar desde la parte más externa (la piel) y en donde concentra la mayor cantidad de energía. Así, la onda circula a través de todos los tejidos intermedios, hasta el tejido que se desea tratar (también denominado “diana”)
Con este tipo de onda, menos invasiva y dolorosa que la focal, activamos la microcirculación y el metabolismo tisular, e inevitablemente se afectan todos estos tejidos intermedios.
Entre todos los tratamientos mencionados anteriormente, podríamos decir que las ondas de choque radiales están especialmente indicadas para el tratamiento, entre otras patologías, de tendinosis o tendinitis (con o sin calcificación) de codo, hombro y rodilla, bursitis trocantérea o el síndrome de la fricción de la banda iliotibial.
2. Ondas de choque focales.
Este tipo de onda es de transmisión sonora. Esto quiere decir que su aplicación se realiza con un emisor de onda que, ajustando los parámetros de profundidad de la misma, se transmite a través de los tejidos sin producir interacción en ellos hasta llegar al tejido diana, donde la onda concentrada producirá los efectos biológicos de neovascularización.
Según la bibliografía actual, estas ondas son las únicas que producen efectos beneficiosos ya que, debido a la baja dispersión de la energía y a la alta presión que ejercen en la zona a tratar, posibilitan una mayor penetración en los tejidos y actuar a nivel celular.
Eso sí, debemos tener claro que la aplicación de este tipo de onda provoca mayores molestias que la radial.
En cuanto a las patologías más indicadas para las ondas de choque focales están el tratamiento de puntos gatillo miofasciales profundos, la tendinitis de inserción crónica o los puntos de dolor local profundos.
¿Para qué se utilizan?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cualquier afectación se puede considerar cronificada cuando «sus manifestaciones clínicas superan los 3 meses de evolución, a menos que la evolución descrita de dicha afectación curse con un proceso agudo que supere este periodo».
Por lo tanto, tendinopatías crónicas del tendón de Aquiles, del tendón supraespinoso, codo de tenista o de golfista pueden ser tratadas mediante esta técnica con muy buenos resultados.
Otra aplicación de estas ondas es en la disolución de las calcificaciones localizadas en tendones. Son las conocidas “tendinopatías calcificantes” y se localizan principalmente en hombro y músculos glúteos, pero con frecuencia las encontramos también en el tendón de Aquiles.
Aparte de todas estas indicaciones, las ondas de choque son también indicadas para tratamientos de patologías tales como:
- “Rodilla de saltador”
- Fascitis plantar.
- Puntos gatillos (una de las principales causas de dolor en la espalda, cuello, contracturas musculares, hombros y extremidades).
- Necrosis avasculares de cabeza femoral.
- Úlceras.
- Heridas con dificultades de cierre.
¿En qué consiste una sesión de ondas de choque?
Generalmente, las ondas de choque se aplican en un total de entre 3 y 5 sesiones, dejando siempre un margen de 4 o 6 días entre medias, dependiendo de la patología a tratar, y del paciente y su mayor o menor tolerancia al tratamiento.
En nuestro Centro de Fisioterapia y Osteopatía Benalmádena, además de contar con un sofisticado y moderno equipo de ondas de choque focales, realizamos una exploración mediante ecografía previa al tratamiento, para realizar una localización exacta de la lesión y precisar la aplicación de la onda al tejido deseado.
Además, la combinación de esta técnica con la Electrólisis Percutánea (EPTE), (que también realizamos en nuestro Centro de Fisioterapia y Osteopatía Benalmádena), ha demostrado ser la posibilidad terapéutica con mejores y más rápidos resultados en la recuperación de tejidos blandos fibrosados.