Se empezaron a ver hace ya unos años, sobre todo en deportistas profesionales quienes las “lucían” en diferentes partes de su cuerpo como espalda, piernas, hombros o brazos. Nos referimos a las cintas kinesiológicas, esa especie de tiras adhesivas de colores que no son más que un vendaje neuromuscular empleado para aliviar los dolores musculares o mejorar una lesión determinada en cualquier persona. Por ello, en el post de hoy explicaremos qué son y para qué sirven las cintas kinesiológicas.
¿Qué es la cinta kinesiológica?
La cinta kinesiológica es una cinta elástica (se pueden extender hasta un 40% de su longitud original sin perder su elasticidad) que generalmente utiliza adhesivo acrílico para pegarse a la piel y tiene ciertas características de elasticidad y transpirabilidad.
Estas cintas son aplicadas por fisioterapeutas o médicos, y se adhieren sobre la piel en aquellas zonas que presenten alguna lesión o molestia, ya sea sobre un grupo de músculos, una articulación o zonas que presenten inflamación o mala circulación.
Además, este tipo de vendaje se puede aplicar en zonas donde exista inflamación, y resultan ideales para aliviar el dolor ocasionado por las sobrecargas o contracturas musculares, tendinitis o la movilidad de determinadas zonas de nuestro cuerpo.
¿Cuál es su origen?
Aunque la kinesiología es una disciplina que trabaja en conjunto con la medicina tradicional china, la cinta kinesiológica se inventó y empezó a emplearse en los años setenta por quiropráctico japonés llamado Kenzo Kase, quien quiso crear algo que se pareciese a la elasticidad de la piel humana, y evitar así la rigidez de las vendas tradicionales.
Aunque actualmente su uso está ya muy generalizado, fue en 2008 cuando se empezó a popularizar gracias a la jugadora de voleibol Kerri Walsh, quien llevó la cinta en uno de sus hombros durante su participación en los JJ.OO. de Pekín. La consecución de una medalla por parte de Walsh hizo que medio mundo se fijara en esa cinta, y esto supuso su despegue definitivo.
¿Cómo se usa la cinta kinesiológica?
En primer lugar, es necesario que el músculo esté estirado para colocar la cinta kinesiológica, y para ello es clave saber identificar cual es el origen del músculo ya que comenzaremos a vendar desde esa zona.
La zona de aplicación debe estar limpia y seca, para que la cinta se adhiera correctamente. Tras ello colocaremos el vendaje y frotaremos para activar su pegamento el cual suele aguantar bastante tiempo.
Existen tres principales modos de aplicarla:
- En forma de “I”, es decir, la cinta se aplica aplicada para los músculos romboide y redondo menor.
- En forma de “Y”, para músculos de gran tamaño como el deltoides.
- En forma de “X”, para músculos de gran tamaño y longitud como el caso de los bíceps y femoral.
Por último, hay que recordar que la cinta de kinesiología se aplica de manera fácil y rápida por un profesional y, aproximadamente, su efectividad se mantiene durante 3 o 4 días, momento en el que empezará a despegarse.
Principales beneficios de la cinta kinesiológica
- Aportan estabilidad tanto muscular como articular y ayudan a mejorar la contracción del músculo debilitado.
- Favorecen una mayor movilidad tras determinadas lesiones musculares.
- Reducen inflamaciones y mejoran la circulación sanguínea, ya que favorecen el drenaje y la eliminación de líquidos.
- Permiten seguir realizando actividad física ya que no limitan los gestos deportivos.
- Ayudan a solucionar problemas posturales.
- Alivian el dolor, la fatiga y evitan posibles calambres, gracias a que favorecen la capacidad para contraerse de los músculos.
- Tienen un efecto analgésico sobre el paciente.