“El deporte es salud”. Esta es sin duda una de las afirmaciones que más escuchamos en los últimos años pero que, sin embargo, tiene un buen número de connotaciones o particularidades. Lo que sí está claro es que, sea cual sea la razón por la que practicamos deporte, la fisioterapia es una de nuestras grandes aliadas tanto para prevenir como para recuperar lesiones. Así que, dicho esto, hoy vamos ha hablar de las principales razones por las que un deportista, profesional o no, debe visitar al fisioterapeuta.
¿Qué es la fisioterapia deportiva?
Como hemos dicho al principio, el deporte es salud pero su práctica puede acarrear un buen número de lesiones. Y es que no es lo mismo un deportista de élite, cuyo grado de exigencia y sometimiento al cuerpo quizás no sea lo más saludable posible, que cualquiera de nosotros/as que practicamos nuestro deporte favorito con objetivos muy diferentes: diversión, salud, socialización, etc.
En este caso, todos tenemos claro que practicar deporte es sano, divertido y nos mantiene en forma tanto física como anímicamente. Pero practicarlo, tanto de manera ocasional como regular, conlleva que estamos expuestos a contraer lesiones. Aquí es donde el fisioterapeuta empieza a ganar protagonismo ya que, aunque no padezcamos una lesión grave, sí que podemos sufrir algún contratiempo en forma de nudos en los músculos, rigidez o tensión. Aquí el papel del fisioterapeuta es clave para recuperar estas pequeñas lesiones y, sobre todo, darnos las pautas para evitar que vuelvan a aparecer.
Pero para ambos grupos, deportistas profesionales o amateurs, existe la fisioterapia deportiva. Se trata de una especialidad que se centra en la prevención, recuperación y readaptación de pacientes cuyas afecciones o lesiones tienen lugar como al practicar ejercicio físico o deporte, tanto a nivel amateur como a nivel profesional. Tiene un importante componente preventivo.
Así pues, los fisioterapeutas deportivos tienen como función informar y asesorar a toda la población activa y deportista sobre hábitos adquiridos y, sobre todo, darnos consejos sobre los pasos a seguir para evitar lesiones.
¿Qué beneficios le aporta la fisioterapia a un deportista?
- Alivia el dolor.
Entre las principales razones por las que un deportista, profesional o no, debe visitar al fisioterapeuta se encuentra la de aliviarnos rápidamente el dolor atendiendo, entre otros factores, a la naturaleza de la lesión. Métodos como los masajes manuales o la punción seca pueden reducir significativamente la tensión muscular.
- Mejora la fuerza física
Los deportistas, profesionales o no, emplean su fuerza física mientras practican una actividad deportiva que tensa sus músculos en mayor o menor medida, dependiendo del tipo de deporte que se practique. Pero en todos ellos, un fisioterapeuta ayudará a mejorar la dureza y robustez de su cuerpo, fortaleciendo huesos, articulaciones, músculos y ligamentos. Esto permitirá resistir el alto estrés físico que requiere el deporte.
- Previene lesiones.
La función de prevenir lesiones es, seguramente, una de las más importantes para un fisioterapeuta deportivo. Este estudiará nuestra fuerza, flexibilidad y flexión articular, y usará toda esa información para diseñar una rutina que ayudará a mejorar todos nuestros aspectos físicos en su conjunto.
- Favorece la relajación.
Seguramente nos haya ocurrido alguna vez. Llegamos a casa agotados después de practicar deporte pero nos resulta muy complicado relajarnos o desconectar. En estos casos, la fisioterapia deportiva te ayudará también a descansar y mejorar tu calidad de sueño para que puedas recuperarte, recargar las pilas y rendir de manera eficaz al día siguiente.
- Mejora la flexibilidad articular y muscular.
En la mayoría de los deportes, la flexibilidad es un aspecto clave que puede marcar la diferencia en momentos muy concretos, ya que no solo ayudará a evitar lesiones, sino que también a mejorar el rendimiento atlético general. Por lo tanto, la fisioterapia deportiva también es beneficiosa, ya que muchos de los ejercicios y técnicas utilizados por los fisioterapeutas deportivos están diseñados para promover mejoras y aumentos en la flexibilidad y la movilidad. Esto se logra como resultado del estiramiento de los tejidos musculares antes y después de una actividad física extenuante.